Ganadería Santillán

Tequisquiapan, Qro.
2024

La Ganadería Santillán se localiza en el corazón del Bajío mexicano, entre Tequisquiapan y La Laja, una región ganadera de gran tradición, con paisajes que evocan las pinturas de José María Velasco.

El encargo consistió en dotar a la ganadería de una plaza de tientas y un espacio de adiestramiento ecuestre. Desde un inicio se contempló que el proyecto quedara integrado al terreno, no como una construcción impuesta, sino como una extensión del paisaje.

Con esta intención, se eligió como emplazamiento el ángulo formado por un talud natural existente, el cual se aprovechó para alojar parte de la plaza. La integración del resto del ruedo al terreno se resolvió mediante una pendiente suave que prolonga la topografía de la pradera, logrando que el conjunto se funda visualmente con el entorno.

El acceso a la plaza se da a través de una escalera que desciende siguiendo la curvatura del ruedo. Este recorrido atraviesa un túnel diseñado para proteger dos antiguos mezquites, y desemboca en un patio semi-enterrado a su sombra, con una pequeña fuente que brinda frescura y pausa. Desde ahí se accede al palco de ganaderos, desde donde se dirige la tienta. Este espacio cuenta con una ventana amplia que enmarca al frente el muro del ruedo y, al fondo, la silueta monumental de la Peña de Bernal. A un costado se ubica una cava discreta, y al otro, el acceso al burladero principal y al ruedo.

Además del burladero principal, el ruedo dispone de tres burladeros adicionales con escaleras de acceso. Todos se diseñaron alineados al diámetro del muro, permitiendo un movimiento fluido y seguro de los animales durante la faena.

Las vacas son conducidas desde los toriles —espacios enterrados— mediante un ingenioso sistema de compuertas que permite su manejo ágil y ordenado. El eje conductor de este trayecto es un túnel subterráneo en varios de sus tramos. Por otro lado, el acceso de los caballos se da por el patio de caballos, que se conecta con las caballerizas y cuenta con un muro de descanso equipado con argollas ancladas.

A lo largo del proyecto se buscó una arquitectura atemporal, casi como si se tratara de una ruina contemporánea, capaz de envejecer con dignidad y de resaltar la nobleza del trabajo en piedra.

Fotografía: César Béjar
Fotografía: César Béjar
Fotografía: César Béjar
Fotografía: César Béjar
Fotografía: César Béjar
Fotografía: César Béjar
Fotografía: César Béjar
Fotografía: César Béjar
Fotografía: César Béjar
Fotografía: César Béjar
Fotografía: César Béjar
Fotografía: César Béjar
Fotografía: César Béjar
Fotografía: César Béjar
Fotografía: César Béjar
Fotografía: César Béjar
Fotografía: César Béjar
Fotografía: César Béjar
Fotografía: César Béjar